Ego Fatum

Reflexiones sobre el destino, la vida, la estética y la sabiduría trágica.

Aforismo #3 – Umbrales

Saber despedirse. Aprender a afirmar. Honrar el devenir: la vida es frenesí.

Ojalá tenga la fuerza para cerrar las puertas con el mismo amor con que fueron abiertas. Ojalá pueda reconocer en el umbral el límite entre el encuentro y el adiós.

Antonio Machado escribió: Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Cada paso, una afirmación del devenir que nos impulsa hacia nuevos horizontes. Cada paso, también, una aceptación de lo necesario: lo que acontece, acontece porque no puede ser de otra manera. Honrar lo que fue. Abrazar lo que será.

Nietzsche lo enseñó: hacer de la vida nuestra fuerza, del cuerpo nuestra gran salud. Hay gran libertad en afirmar lo que es. Hay gran libertad en comprender la necesidad de lo que deviene. Hay gran salud para quien actúa, para quien influye en lo que acontece sin negar el orden eterno que lo atraviesa.

Menos mal que podemos decir sí —a lo posible y a lo necesario, al azar y al destino.

Hay gran libertad en afirmarnos: ser sin negarnos, abrazar nuestra naturaleza contradictoria. Camus lo supo: En medio del invierno, aprendí por fin que había en mí un verano invencible. Somos lo que somos. Hemos sido lo que no podíamos evitar ser. La grandeza y la miseria radican ahí: un mar de contradicciones, un ser paradójico, pero sobre todo, ¡una caña que se afirma!

Como nos recuerda Píndaro: De las acciones realizadas / sea con justicia o contra justicia, / ni el Tiempo, el padre de todo, puede lograr / que no se haya cumplido su término. Lo hecho, hecho está. Para crear, primero hay que afirmar lo que ya es.

Rilke lo expresa bellamente: En la transformación penetra y surte. / ¿Cuál es tu experiencia más penosa? / Si amargo te es beber, tórnate vino.

-Christian Cartagena, Aude…

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